martes, julio 04, 2006

La vida...

Es curioso ayer mismamente estaba en un hospital residencia para enfermos de alzeimer haciendo actuaciones con un grupo de cabaret ,la experiencia fué gratificante personalmente muy gratificante ,los enfermos reaccionaban a los estímulos de la música de los playbacks y de todos nosotros que poniamos lo mejor de nuestra parte para llevar el show adelante y sacarles de su rutina diaria ...
Pués hoy curiosamente llamo a mi familia ,con la cual no tengo casi contacto y resulta que tengo un tio con principios de alzeimer y otro con un cáncer dios mio y yo sin saber nada ,claro estos son los problemas que trae la falta de comunicación ,no hablamos para lo bueno ,ni para lo malo y cuando hablamos ,hay distensiones en ocasiones provocadas por malos entendidos y falta de diálogo
Cuanta falta hace el diálogo en los seres humanos ,cuanta...
Llevo todo el dia afectada por estos hechos y aunque creo en la reencarnación también estoy segura que en ésta vida has de dar todo lo que tienes que dar porque nunca sabes cuando ha de acabarse y si de nuevo te reencontrarás con las mismas almas...
Para el recuerdo en el dia de hoy ,MENOS STRESS Y MÁS DIÁLOGO 4 JULIO 2006

2 comentarios:

Patricia Morueco dijo...

Buenos dias a todos/as:
¡¡¡Joer, qué foooooooort!!!. Acabo de ser testigo de un robo justito en frente de la asesoria donde curro. ¡¡Acaban de robar a una chica el bolso!!! ¡¡¡Pero lo más fuerte es que se lo han robado estando dentro de su coche!!!. Si, si,como lo ois. La chica estaba aparcada en doble fila, y cuando se disponia a arrancar, la han roto el cristal de la ventana del copiloto y la han robado el bolso en su cara.No la ha dado tiempo siquiera a reaccionar de lo rápido q ha ocurrido todo. La chica además a salido con la cara sangrando del coche debido a los cristales rotos. ¡¡¡Me parece asquerosamente increible que uno ya ni siquiera pueda sentirse seguro dentro de su propio coche!!!. Esta inseguridad cada vez más acusada en nuestra sociedad no era tan evidente hace unos cuantos años. Así que, una vez, y contrariando la opinión que nuestro amigo Eladio hacia ayer diciendo aquello de que "el mito de que la sociedad cada vez esta peor, de que caminamos hacia una catastrofe humana sirve como escusa para escribir un pequeño articulo y de paso mover el animo", he de opinar que "cada dia que pasa el "mundo" cada vez se va volviendo más majara y, vamos camino a una decadencia total de la condición humana. Hay que joderse, que a este paso vamos a tener que ir con arma blanca todos, en vista de lo q cada dia con más intensidad acontece la violencia......... ¿A dónde vamos a llegar?. ¿Por qué en vez de ir hacia delante vamos hacia atras?. ¿Por qué la peña cada vez está más tocada del ala? ¿Por qué coño cada vez hay más violencia, más desastres naturales, más delincuencia?. ¡¡¡¡ Por favooooooooooor!!! ¡¡¡Qué pare todo esto de una puñetera vez!!!!. Nos estamos destruyendo a pasos agigantados y parece ser q no nos damos cuenta de las evidentes pruebas que cada dia nos demuestran todo este caos.
Qué penica, madre, qué penica......
Africa

Patricia Morueco dijo...

REPORTAJE QUE NOS HICIERON HACE POCO

Quiero ser actor

"Actor profesional en paro se ofrece para cualquier tipo de empleo". Éste anuncio es real, y podía leerse hace algunas semanas en el diario Segunda Mano. Puede que sea el mayor temor de todos los jóvenes y no tan jóvenes que cada día se suben a algún escenario en nuestro país. Patricia, Sara y Rafa forman parte de ese colectivo. Ninguno de ellos supera los 25 años, el período de experiencia que el actor en paro declara poseer en su demanda de trabajo.

Fábricas de estrellas
Es necesario pulir a estos diamantes en bruto. En todos los testimonios recogidos se repite una palabra: RESAD. Son las siglas que corresponden a la Real Escuela Superior de Arte Dramático, nacida en 1831 con el propósito de frenar la decadencia que se había apoderado de las artes escénicas en nuestro país. En 1990, gracias a la aprobación de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), la formación ofrecida por la RESAD pasa a ser de rango universitario. El arte dramático se convierte en licenciatura.
La especialidad de esta escuela pública madrileña es el teatro. Su objetivo es formar profesionales, pedagogos e investigadores de este fenómeno. Los estudios están organizados en tres especialidades: Dirección de Escena y Dramaturgia, Interpretación Textual, Interpretación Gestual y Escenografía. Los que aún quieran profundizar más disponen de la posibilidad de realizar un doctorado en Ciencias del Espectáculo, ofrecido por la Universidad Carlos III de Madrid en colaboración con esta Escuela Superior.
Septiembre es un mes clave para la RESAD. El centro realiza sus famosos exámenes de ingreso y se prepara para recibir a nuevos alumnos llegados de toda España. Es otra Selectividad, tan dura como la convencional o más. El pasado año 500 personas se presentaron a estas pruebas, de las cuales alrededor de 70 fueron seleccionadas. Un tribunal de cada especialidad examina individualmente a los chavales durante 15 minutos. Los responsables y profesores de la RESAD buscan una buena materia prima para modelar.
Pero aprobar no es garantía de nada. Las plazas están limitadas, y muchos de los que superan el examen se tienen que conformar con ver su nombre en la lista de espera. Una vez dentro, suspender más de tres asignaturas al final de un curso impide avanzar al siguiente. En contra de los tópicos reinantes, la formación de un actor o actriz exige dedicación, esfuerzo, horas de ‘estudio’ y, sobre todo, mucho trabajo práctico.
Cristina Rota es otro nombre señalado en la formación de actores en España. De su escuela han salido profesionales como Juan Diego Botto (hijo de la misma Cristina Rota), Penélope Cruz o algunos de los integrantes del reparto de El otro lado de la cama y su secuela Los dos lados de la cama: Willy Toledo, Ernesto Alterio o Pilar Castro. La escuela nace en 1978 con una meta: acabar con el individualismo que azota a la formación de los actores. Y es que en los dominios de la argentina siempre se trabaja en equipo. Este centro es conocido por ser el único en España que emplea la dinámica de grupos. Cada uno fija sus propias rutinas y métodos.
Aquí se imparten asignaturas tan llamativas como jazz, esgrima, danza contemporánea, danza afro o producción. El objetivo es dar una formación multidisciplinar a los alumnos que, a su vez, resulta útil para los montajes de la propia escuela. En el mundillo circulan rumores algo perversos sobre la afición de Cristina Rota y sus profesores al psicoanálisis. En foros de Internet, anónimos que aseguran ser sus ex alumnos la acusan de ‘ser muy aficionada al psicodrama’ e incluso de ridiculizar a sus estudiantes. Ella, sin embargo, defiende a ultranza el método de Stanislavski en cada entrevista concedida: “Lo que el actor no viva, nadie se lo puede dar. Yo sólo saco lo que lleva dentro”.
Un compatriota de Cristina, Juan Carlos Corazza, es el cabecilla de otra de las escuelas insignes de la capital: el Estudio Internacional del Actor. Se trata de un centro algo más joven – 16 años de trayectoria – pero que cada año interviene en la formación de más de 300 intérpretes. Algunos de ellos son hoy caras conocidas del cine y la televisión española, como Elena Anaya o Silvia Abascal. La razón de ser de sus seis niveles de aprendizaje es proporcionar a sus alumnos libertad, respeto, profundidad y creatividad.
El Estudio Internacional del Actor cuenta con su propia compañía: Pez Luna Teatro, donde se integran alumnos, ex alumnos y profesionales. “Una escuela viva. Una escuela que se renueva, cuestiona y abre”. Ése es su lema y su razón de ser. La formación del intérprete debe ser continua y, sobre todo, abarcar diversos campos. En eso coinciden todos estos centros. Los alumnos reciben cada día una mejor y más variada preparación: tai chi, danza del vientre, técnicas vocales, análisis detallado de los textos de Shakespeare, kung-fu o tango. Y el camino no acaba ahí. El equipo de Juan Carlos Corazza ofrece con frecuencia seminarios para profesionales. Actualmente están en marcha los de Técnica, Movimiento Expresivo y Relajación, Acción y Presencia.

Patricia Morueco y Rafael Rivas, estudiantes de interpretación







La venganza del tímido
Rafa es de Carabanchel y tiene 21 años. Estudia algo con un nombre tan largo y complejo como Ingeniería Técnica Industrial especializada en Mecánica, pero existen otras alegrías en su vida. Asiste a diario a clases de interpretación en la escuela de Juan Carlos Corazza y tiene muy claro que no va a dejarlo. Con 14 años descubrió las satisfacciones de las obras del cole y, a la vez, que aquello se le hacía pequeño. Empezó en la sala Cuarta Pared, en cursos de iniciación y pasó por otras academias. Al cabo de dos años, se presentó a las pruebas de acceso de la RESAD, pero no lo consiguió. Él cree que los nervios le traicionaron. “Pero que conste que el jurado de la RESAD no es tan horrible, que tienen fama de ser el coco”.
Rafa no quiere empezar, como él dice, “a dar tesis”, pero recomendaría a todo el mundo que estudiase Interpretación. Simplemente como terapia y forma de aprendizaje. El ridículo, la inseguridad o la vergüenza quedan lejos gracias al “sentimiento de piña” que se forma en los escenarios. Recuerda el caso de Ed Harris, el afamado actor de películas como El Show de Truman, al que sus psicólogos recomendaron estudiar arte dramático para vencer su timidez patológica.
¿Acaso la interpretación es una terapia para autoestima? Los aplausos del público y elogios de la crítica pueden ser un elixir muy potente para personalidades que necesitan un alto nivel de reconocimiento.

Fantasmas del oficio
Dicen que la vida es teatro. La realidad supera siempre a la ficción, pero el cine nacional también ha querido hacerse eco del drama (o la comedia) que es la vida de muchos intérpretes españoles. Sin Vergüenza, (Joaquín Oristrell, 2001) es una película dedicada a los 4.500 actores que entonces había en nuestro país. Con un reparto integrado por algunos de los grandes, como Verónica Forqué, Rosa María Sardá o Candela Peña y jóvenes promesas, el film muestra el panorama de una escuela de interpretación que podría ser cualquiera de las que invaden las callejuelas del centro de Madrid. La directora de la misma, interpretada por Verónica Forqué, guarda más de un parecido con Cristina Rota.
Sin Vergüenza es un homenaje sincero a los nudos en el estómago y la garganta, a las decepciones y las euforias, a las envidias y los compañerismos y a todas las contradicciones que invaden la interpretación y, en menor medida, la vida misma. Joaquín Oristrell quiso retratar con sarcasmo y cariño a partes iguales el duro camino de todos los que luchan por hacer compatible el papel de su vida con llegar desahogados a fin de mes.
Todos los reproches que realizan los personajes de la película empiezan por la palabra tú: “Tú, tú, tú, siempre tú”. El fantasma del egocentrismo parece eternamente condenado a sobrevolar el mundo del actor. Mario Fabra, el director ficticio de cine (pero verosímil) de Sin Vergüenza que busca caras nuevas para su próxima producción, les ataca con acidez durante uno de sus monólogos: “Escuchad este silencio. Cincuenta actores en una sala y ni una sola palabra. ¿Y sabéis por qué? Porque alguien está hablando de vosotros”. Lo cierto es que el ego o, como dice Fabra, el “mis planos, mis frases, mi ropa, mi papel, ¡mi mi mi!” de los actores es su herramienta de trabajo. Y los accidentes laborales son más que frecuentes. El paro, la ausencia de papeles maduros, el ridículo o el olvido son algunos de los peligros que les acechan. Además existe otro riesgo: la incomprensión de su propio entorno. “He venido a que le quite de la cabeza a mi hija la idea de ser actriz. No quiero que sufra. ¿Cuántos van a llegar? ¿Cuántos se van a sentir desgraciados toda su vida?”. El padre de Lara, estudiante de una escuela de interpretación, implora en el despacho de la directora con un talonario en la mano. La escena es de Sin Vergüenza, pero podría ser un caso real.
“Es jodido, pero me he dado cuenta de que es lo que quiero hacer”, reflexiona Rafa. Él considera que en España sigue sin estar bien vista la vocación interpretativa, a diferencia de otras profesiones más apreciadas como médico, abogado o ingeniero. Cualquier aspirante a actor o actriz tiene siempre presente el no, el sueño truncado. “Aquí hay gente maravillosa comiéndose los mocos”. Sin embargo, pueden más las ganas y el entusiasmo. Rafa no piensa renunciar a la posibilidad de ser otro que actuar le ofrece. “Es como jugar a indios y vaqueros, pero mucho más profundo. Es fantástico poder hacer cosas sin pensar en las consecuencias”.
Otro fantasma es el sectarismo. Cuesta entrar en un ambiente tan cerrado. Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento del entorno del cine y el teatro sabe que, aunque algunos papeles se concedan en los cástings, los grandes personajes dependen de buenos contactos. Patricia y Rafa coinciden en que, demasiadas veces, las pruebas de selección no son más que una simulación o una forma de crear expectación a los medios de comunicación, y que muchos de los que asisten a ellas descubren con amargura que el papel ya estaba dado. “La mayoría de los actores jóvenes del cine español vienen de parte de Cristina Rota o de Juan Carlos Corazza. Y en el caso del Centro Dramático Nacional, muchos de sus actores proceden de la RESAD. Esto es como todo: este mundillo es una secta”, explica Rafa.

Un futuro en crisis
La propuesta de Noviembre, otra producción española, es distinta. La segunda película de Achero Mañas, que se estrenó en 2002, está protagonizada por un grupo de jóvenes idealistas que piensan que "el teatro es un arma cargada de futuro". Encabezados por Alfredo, un chaval de pueblo que quiere comerse el mundo, tomarán las calles de Madrid con sus espectáculos interactivos y gratuitos, que les acarrearán más de un problema y un final bastante trágico.
El espíritu de Noviembre, que toma su título de una de las revoluciones soviéticas de principios del siglo pasado, es hacer del arte precisamente otra revolución. Alejarlo de lo comercial y lo estándar, y acercarlo a su auténtico destinatario: el público de la calle. Uno de los dilemas con los que se topan los personajes del film es el económico: el principio fundamental de Noviembre es el amor al arte y ninguno de sus integrantes cobrará por actuar.
Sara Sebastián también dirige un grupo de teatro, pero es algo más prudente que el Alfredo de Noviembre, que simula atentados terroristas en las calles de Madrid. Los chicos de Julio Rey Pastor (www.julioreypastor.tk) también son partidarios del teatro de calle y los espectáculos gratuitos. “Nuestro objetivo a largo plazo es lograr acercar el teatro a gente que no puede pagar 30 euros o más por una entrada”.
Estos jóvenes se enfrentan a un futuro aún más incierto por culpa de la constante crisis del cine español y la escasa cultura teatral que hay en nuestro país. Mientras unos y otros debaten sobre cómo engrasar la maquinaria de nuestra industria cinematográfica, aspirantes a actores, directores, escenógrafos y guionistas se vuelven locos por obtener ingresos de su vocación. El desinterés de los espectadores por las películas nacionales es creciente. Ni el mismísimo Almodóvar consigue alcanzar a la estadounidense Ice Age 2: El deshielo en la carrera de las taquillas. Volver es la película española más vista de este año, pero sus 8.971.273,89 € de recaudación se quedan cortos ante los 18.546.915,62 € de Ice Age 2: El deshielo. La ministra de Cultura, Carmen Calvo, desató algunas iras en 2004 al responsabilizar de esta crisis a la ”vulgarización del público español”. Rafa y Sara también hablan de los pocos incentivos que la educación y la cultura española ofrecen al teatro. “Aquí hay muchos que no saben quién es Chéjov ni quién es Brecht”, se queja Rafa. “No interesa porque no nos han enseñado a que nos interese”.

El método
Es el poder de la industria hollywoodiense. Incluso a Patricia le gustaría interpretar a Satin, el papel de Nicole Kidman en Moulin Rouge. Empezó en La Katarsis del Tomatazo, el famoso montaje de la Escuela de Cristina Rota donde el público puntúa a los actores a golpe de tomate. Como Rota, es de las de Stanislavski. Ella es “del método”, de las que se lleva el personaje a casa: “Hay que pensar en todo, desde cómo habla hasta qué bragas lleva”.
"Poco a poco las cosas se van dando con constancia y tesón". Patricia es positiva, pero no todos lo consiguen. Para empezar, las pruebas de selección a las que se someten muchos aspirantes empujan a más de uno a tirar la toalla. Muchas veces, los examinadores no tienen reparo en grabar las actuaciones y utilizarlas para que la gente se ría de sus interpretaciones. A Patricia le ha pasado de todo: lo más extravagante, que el jurado del casting le solicitase la interpretación a un tomate espachurrado.
En las grandes pruebas, lo más fácil es fallar. Los expertos recomiendan un clásico que siempre funciona: la sorpresa. Cada persona tiene sus propios recursos. Patricia, por ejemplo, se suele vestir de los personajes a los que se va auditar, facilitando a los jueces ver cómo quedaría en el papel. Se ha disfrazado de animadora para el casting de Grease, y de prostituta para Maribel y la extraña familia y Princesas, de Fernando León de Aranoa.
Esto es sólo el principio. La propia salida en escena, la presión de los rodajes y el vuelco que se debe realizar en ciertos personajes (sobre todo en los dramáticos) absorbe todas las energías del actor, físicas y psíquicas. A pesar de todo, nadie - ni actores ni espectadores - es capaz de abandonar este vicio. Aunque Felipe y Belén, los amantes de Sin Vergüenza, se griten enfurecidos:
- "Te juro que no me enamoraré en la vida de una actriz".
-"Ni yo de un actor, ¡nunca!".